Tras diez años de dedicación, emoción y goles memorables, Son Heung-min ha dejado oficialmente el Tottenham Hotspur. El futbolista surcoreano, icono indiscutible del club y uno de los mejores jugadores asiáticos de la historia del fútbol europeo, ha decidido poner fin a su trayectoria con los Spurs. Y lo hizo de la mejor manera posible: levantando su primer trofeo como protagonista: la Europa League, conquistada en la final de Bilbao contra el Manchester United. Un broche de oro para una aventura de una década, marcada por el amor y algunos arrepentimientos, pero que culminó en la gloria.
Tras llegar procedente del Bayer Leverkusen en 2015, Son ya era considerado un talento brillante, pero pocos podrían haber predicho el impacto que tendría en el fútbol inglés. Con su regate impredecible, su derecha letal y su extraordinaria inteligencia táctica, Son se consolidó rápidamente como uno de los símbolos de la Premier League.
Con el paso de los años, superó los 170 goles con la camiseta de los Spurs, ganándose premios individuales, el respeto de la prensa internacional y la admiración de la afición mundial. Tras la marcha de Harry Kane, se convirtió en capitán y continuó siendo la figura clave de un equipo a menudo inconsistente, pero siempre lleno de ambición.
La cima de su carrera en el Tottenham llegó en la primavera de 2025, cuando los Spurs alzaron la Europa League. Fue un torneo en el que el club del norte de Londres se enfrentó a rivales de peso como la Roma, el Bayer Leverkusen y, finalmente, el Manchester United, derrotado por 1-0 en la final gracias a un gol de Brennan Johnson. Aunque Son no marcó en el partido decisivo, su contribución a lo largo de la campaña europea fue crucial, al igual que su liderazgo en el vestuario.
Para Son, que siempre llevó sobre sus hombros las expectativas de todo un continente, este fue un logro personal monumental: su primer trofeo oficial como profesional y una prueba de que la paciencia, el compromiso y la lealtad todavía pueden tener recompensa en el fútbol moderno.
El anuncio de despedida se produjo durante la gira de verano del equipo en Corea del Sur, su país natal. Allí, durante un amistoso contra el Newcastle, Son fue homenajeado como un héroe nacional. Al ser sustituido, el público le dedicó una larga ovación de pie, mientras que los jugadores y el cuerpo técnico de ambos equipos lo honraron con una emocionante guardia de honor.
Con lágrimas en los ojos y un corazón lleno de gratitud, el número 7 se despidió de la afición que lo amó desde el primer día. "Esto no es una despedida, sino un hasta luego", declaró a los medios locales. Según fuentes cercanas al club, su futuro probablemente esté en Estados Unidos, con Los Angeles FC dispuesto a ofrecerle un contrato de lujo en la Major League Soccer.
Para el Tottenham, la marcha de Son marca el fin de una generación. Tras la salida de Harry Kane en 2023, el equipo pierde otro pilar emocional y técnico. Pero también hay una energía renovada, traída por un título europeo y la llegada del entrenador Thomas Frank, encargado de liderar el relanzamiento del club. La próxima temporada promete ser impredecible, tanto en la Premier League como en las competiciones europeas. Con o sin Son, los Spurs seguirán siendo el centro de atención.
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Son se marcha del Tottenham sin rencor, con una gran experiencia y cariño. Ha demostrado lo que significa amar la camiseta, perseverar en los momentos difíciles y buscar la victoria con humildad. Su legado va más allá de las estadísticas: es un ejemplo de cómo el fútbol puede seguir siendo una cuestión de corazón.